¿Sabías que comer deprisa no solo te impide disfrutar de los sabores de los alimentos, sino que también puede afectar negativamente a tu salud? En este artículo te explicamos algunos de los problemas que puede causar comer demasiado rápido y cómo evitarlos.
Comer deprisa es un hábito muy extendido en nuestra sociedad, sobre todo por el ritmo de vida acelerado que llevamos. Sin embargo, esta costumbre tiene consecuencias negativas para nuestro organismo, tanto a nivel digestivo como metabólico y cardiovascular.
Al comer deprisa, no masticamos bien los alimentos y los ingerimos en trozos grandes, lo que dificulta la digestión y la absorción de los nutrientes. Además, al no dar tiempo a que el cerebro reciba la señal de saciedad, tendemos a comer más de lo necesario y aumentamos el riesgo de sobrepeso y obesidad.
Comer deprisa también puede alterar los niveles de glucosa en sangre y provocar resistencia a la insulina, lo que puede derivar en diabetes tipo 2. Asimismo, se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como hipertensión arterial, colesterol alto e infarto.
Para evitar estos problemas, es importante comer despacio y conscientemente, dedicando al menos 20 minutos a cada comida. De esta forma, favorecemos la digestión, la saciedad y el control del apetito. Además, podemos disfrutar más de los sabores y las texturas de los alimentos y mejorar nuestra relación con la comida.
Comer despacio es un cambio de hábito sencillo pero muy beneficioso para nuestra salud. Te invitamos a probarlo y a notar la diferencia.