Los meniscos son estructuras intrarticulares que juegan un papel fundamental en la biomecánica de la articulación.

Aumentan la superficie de contacto de las regiones de los huesos cuando estos articulan entre sí, aportando estabilidad y equilibrio en los movimientos. Además, en el caso de las articulaciones de carga, como puede ser la rodilla, absorben el impacto, añadiendo a sus propiedades la de actuar como amortiguadores.

Una lesión de meniscos suele producir dolor en la cara lateral de la rodilla
e incluso sensación de bloqueo articular

¿Qué signos indican una rotura o lesión de meniscos?

Los signos que pueden indicar una lesión meniscal son predominantemente el dolor o molestia en la cara lateral o medial de la rodilla. Suele expresarse en la mayoría de los casos como una molestia continua, más que un dolor incapacitante, que se exacerba con determinados movimientos. Estos gestos que provocan un aumento de la clínica del dolor son actividades cotidianas, tales como la posición de cuclillas, el incorporarse de una silla, bajar y subir escaleras, o incluso girarse en la cama.

Además del dolor el paciente puede referir sensaciones de bloqueo articular, limitando el rango de movimiento o provocando resaltes de la articulación en cuestión.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de rotura de meniscos?

Las causas más frecuentes de rotura meniscal, o su mecanismo de lesión más habitual, es la torsión de rodilla. Esto se refiere a la fuerza que se ejerce en la rodilla mientras esta soporta una carga y se gira sobre su propio eje. En otras palabras, mantener el pie estático en una posición de bipedestación y girar bruscamente la parte superior del cuerpo.

¿Qué tratamiento se debe seguir para corregirla?

El único tratamiento que resuelve la rotura meniscal es el tratamiento quirúrgico. Si bien existen lesiones meniscales que no se expresan con una clínica significativa y no requieren de tratamiento específico. Esto quiere decir que no precisa siempre de tratamiento, puesto que, en ocasiones, las roturas meniscales son de unas características y localización tal que no producen dolor.

Puede considerarse el tratamiento conservador mediante pérdida de pesotonificación de la musculatura alrededor de la rodilla, y medidas generales como primera opción, ya que, en ocasiones, de esta manera se alivia la clínica de los casos más leves.

El tratamiento quirúrgico consiste en la realización de una artroscopia de rodilla para la evaluación in situ, por parte del especialista en Traumatología, de cada lesión individual y la actuación sobre ella. Dependiendo de las características de la rotura meniscal, esta se puede o bien suturar o bien desbridar y regularizar, dejando el máximo posible de menisco sano y estable.

¿Qué pautas debe seguir el paciente después del tratamiento?

Las pautas postquirúrgicas en la rotura meniscal no requieren de inmovilización ni descarga en la gran mayoría de casos. Pueden utilizarse dos muletas los primeros días como alivio de las posibles molestias postoperatorias.

Se suelen pautar unos ejercicios ligeros que trabajen la flexoextensión de rodilla y el mantenimiento del tono del músculo cuadricipital durante los primeros días, hasta la retirada de los puntos. Tras este periodo se inicia la rehabilitación propiamente dicha, que suele estar en torno a una duración de un mes durante el cual el paciente puede deambular sin ayudas e ir incrementando su actividad según su tolerancia hasta la vuelta a la normalidad y la actividad física.

Fuente

Cómo tratar una lesión de meniscos | Top Doctors

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