Por: Dr. Genaro Juárez Silva

Es imprescindible el consenso multidisciplinario para el tratamiento de la espasticidad, pues es una dolencia que afecta a la mitad de los pacientes con esclerosis múltiple, a dos de cada tres con lesiones en médula espinal y es común tras lesiones de cabeza, por embolia cerebral, así como en pacientes con parálisis cerebral.

La espasticidad es una alteración que lleva a un estado de rigidez y espasmos musculares involuntarios. Las consecuencias de este padecimiento son la inmovilización del paciente, fuertes dolores, dificultad o imposibilidad de higiene personal, luxaciones de miembros e inhabilitación laboral.

Lo anterior fue señalado en conferencia de prensa donde se presentó la Guía Multidisciplinaria para el Manejo de Espasticidad con Toxina Botulínica Tipo A en Pacientes Adultos, producto del consenso de especialistas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela y México acordado en septiembre del año pasado.

Los trabajos de la Guía fueron dirigidos por Alberto Esquenazi, médico en jefe del MossRehab y Albert Einstein Medical Center en Blue Bell, Pensylvania, Estados Unidos, informaron los doctores Genaro Juárez Silva, del Hospital de Traumatología y Ortopedia del IMSS Puebla y Humberto Juárez del Hospital de Especialidades del Centro Médico La Raza del IMSS, ambos formaron parte del grupo de 13 especialistas mexicanos que participó en la elaboración de este consenso para pacientes adultos.

El doctor Humberto Juárez, neurólogo, adelantó que ya se trabaja en la publicación del consenso para el tratamiento de menores de edad, luego de la reunión que se tuvo en Buenos Aires, Argentina.

Explicó que se comercializan cuatro biológicos de toxina botulínica tipo A, los cuales -aclaró- no son bioequivalentes y por lo tanto no son intercambiables, además de que las dosis no son intercambiables entre las diferentes preparaciones. “El mejor perfil tomando en cuenta seguridad, potencia, efectividad, así como años de uso clínico correspoden a Botox de los laboratorios Allergan”. Los otros tipos son los elaborados por los laboratorios Ipsen de Reino Unido; Lanzhou, de China y Merz, de Alemania.

Consecuencias de la Espasticidad

La espasticidad generalmente resulta de daños en el área motora del cerebro (porción de la corteza cerebral que controla el movimiento voluntario) o en cualquier porción de la materia gris subcortical (nervios que viajan desde el cerebro hasta la médula espinal).

Los especialistas indican que cuando se presenta daño en el control de los músculos desde el sistema nervioso central, las rutas de retroalimentación del músculo desde la médula espinal producen síntomas tales como reflejos tendinosos profundos exagerados (el reflejo rotuliano), tijereteo (cruce de piernas), movimientos espasmódicos repetitivos, posturas inusuales y posición de hombros, brazos, muñeca y dedos de las manos en ángulos anormales.

Para contribuir a mejorar la calidad de vida de estas personas el consenso médico señala que hay diversos tratamientos como son la terapia física (fisioterapia) y ocupacional; el tratamiento farmacológico oral, la cirugía ortopédica, implantes espinales, procedimientos neuroquirúrgicos y la aplicación de toxina botulínica tipo A.

Terapia integral

La aplicación del medicamento es ambulatoria, sin necesidad de cirugía. Los resultados son apreciables a las 72 horas aproximadamente y su efecto dura de 3 a 4 meses, dependiendo del grao de espasticidad que presente el paciente.

La información de prensa señala que Botox reduce las contracturas, aumenta el rango de movilidad muscular, facilita las funciones motoras, favorece la higiene personal autónoma y facilita los programas de fisioterapia y terapia ocupacional.

Asimismo reduce intervenciones más agresivas como la cirugía, alivia el dolor asociado, contribuye a la incorporación a la vida familiar y escolar, y reduce costos y tiempo del tratamiento.

Cabe señalar que en el año 2000 la Food and Drug Administration, de EU autorizó el uso de Botox; en México fue aprobado por la Sescretaría de Salud en 1993 y desde el año 2002 está en el cuadro básico de medicamentos del instituciones del sector público.

La Secretaría de Salud ha aprobado su uso para el tratamiento de blefaroespasmo, estrabismo, distonia hemifacial, distonía focal, parálisis cerebral, distonía, migraña, hiperhidrosis, líneas faciales hiperquinéticas, espasticidad, dolor en espalda, cuello y espina dorsal asociado a contracturas patológicas, bruxismo temporomaxilar, fisura anal, temblor y mioclonias.

Fuente: proloterapiamedici.com

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