Además de quitarnos energía para desarrollar nuestras actividades habituales, la anemia también puede arrebatarnos las ganas de relacionarnos con la gente y hacernos más apáticos.

Es verdad que cuando estamos enfermos los síntomas repercuten en nuestro estado de ánimo y en cómo nos relacionamos con quienes nos rodean. Por eso, con este artículo queremos contarte cuan relacionadas están la anemia y las emociones.

¿Qué es y cómo se produce la anemia?

La definición médica es: «una concentración baja de hemoglobina en la sangre«. Es decir, se trata de falta de hierro en nuestro organismo. Sin embargo, no es correcto decir que la anemia es una enfermedad. Más bien se trata de una deficiencia.

Aunque hay algunas señales que nos pueden servir para intuir un estado de anemia, para detectarla se requiere un análisis de sangre. Además, este análisis puede mostrar otras alteraciones en el flujo sanguíneo, tales como menos cantidad de glóbulos rojos o disminución del hematocrito.

La falta de hierro puede causar anemia ferropénica, que a su vez puede estar causada por patologías gastrointestinales o pérdida excesiva de sangre.

Anemia y falta de energía

Esa es una de las formas de darnos cuenta de nuestra falta de hierro en la sangre. La desgana va más allá de querer quedarse en cama un día. Es sentir que no tenemos la fuerza suficiente para llevar a cabo tareas cotidianas.

Otros de los signos de anemia perceptibles a simple vista son:

  • La palidez en el rostro
  • La caída excesiva de cabello
  • La fragilidad de las uñas

Hay quien también se apoya en una técnica para determinar si los glóbulos rojos son escasos: mirar la parte interna inferior de los ojos. Si están muy blancos querría decir que hay anemia. Por supuesto que no es nada científico, pero suele ser bastante preciso.

Entre las consecuencias de tener anemia, vale la pena destacar los trastornos neurológicos tales como alteraciones de la visión, dolores de cabeza, vértigo, insomnio y menstruaciones irregulares.

La anemia y las emociones

Más allá de las consecuencias para la salud física, un aspecto muy importante es la relación existente entre la anemia y las emociones. El malestar puede llevar a sentirnos mal con nosotros mismos y con quienes nos rodean. También puede derivar en una falta de toma de decisiones y en inseguridades.

Las personas anémicas sufren de lo que se llama un «gran cansancio inespecífico«.  Se llama así porque no se le puede atribuir a ninguna enfermedad o situación concreta.

En resumen: el desánimo y la desgana son dos consecuencias directas de la anemia. Esto, sin duda, afecta a todos los ámbitos de la vida, ya que ni siquiera ellos mismos pueden determinar el porqué de esa reacción.
Queda patente, por tanto, que la anemia y las emociones negativas van de la mano.

La anemia y los problemas laborales

Si bien a veces se nos hace algo cuesta arriba cumplir con las obligaciones, en el caso de las personas con deficiencia de hierro esto se acentúa notablemente.

Algunos de los síntomas más típicos en personas con esta condición son:

  • Irritabilidad por cosas que antes no importaban
  • Dificultades de concentración
  • Problemas de comunicación

Cómo la anemia afecta a la vida personal

Este malestar no termina cuando finaliza la jornada laboral. En muchos casos, es en casa donde se incrementan las situaciones donde no tenemos ganas de hacer nada.
La limpieza, la cena, el ejercicio, las reuniones familiares, la universidad… Todo parece jugar en nuestra contra.

Como familiares de una persona que experimenta estos síntomas debemos, como primera medida, instarle a que se realice los exámenes médicos que puedan determinar su condición.

Mientras tanto, podemos ayudarle a que empiece por cosas pequeñas que le aporten energía: una caminata liviana en el parque, un poco de música, un postre…

En resumen: esta deficiencia no solo tiene consecuencias directas sobre nuestra salud orgánica. La anemia y las emociones negativas que acarrea tienen gran impacto sobre nuestras tareas cotidianas. Por eso, no olvides visitar a tu médico regularmente para recuperar tu vitalidad. ¡No esperes más!

Fuente

¿La anemia afecta a nuestras emociones? – Mejor con Salud

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