La vitamina D es una hormona que el cuerpo necesita para mantener la salud de los huesos, los dientes y los músculos. También tiene otras funciones importantes en el organismo, como regular el sistema inmunitario, prevenir ciertas enfermedades y proteger el cerebro. En este artículo te explicamos por qué necesitamos la vitamina D y cómo obtenerla de forma adecuada.

La vitamina D se produce en la piel cuando nos exponemos al sol, pero también podemos obtenerla de algunos alimentos o suplementos. La cantidad de vitamina D que necesitamos depende de varios factores, como la edad, el peso, la pigmentación de la piel y el lugar donde vivimos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta diaria recomendada de vitamina D es de 400 unidades internacionales (UI) para los niños menores de un año, 600 UI para las personas entre 1 y 70 años y 800 UI para las personas mayores de 70 años.

Los beneficios de la vitamina D son numerosos y están respaldados por la evidencia científica. Algunos de ellos son:

  • Fortalece el sistema musculoesquelético y minimiza enfermedades del sistema óseo. La vitamina D ayuda a absorber el calcio y el fósforo, que son esenciales para el crecimiento y la salud de los huesos. La deficiencia de vitamina D puede causar raquitismo en los niños, osteomalacia en los adultos y osteoporosis en las personas mayores.
  • Regula el sistema inmunitario y previene infecciones. La vitamina D modula la respuesta inmune del cuerpo frente a los agentes patógenos, como virus y bacterias. La vitamina D también tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación crónica.
  • Protege el cerebro y mejora la salud cognitiva. La vitamina D interviene en la síntesis de neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, que regulan el estado de ánimo, la memoria y el aprendizaje. La vitamina D también previene el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento y reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
  • Previene ciertos tipos de cáncer. La vitamina D inhibe el crecimiento y la proliferación de las células cancerosas, así como su capacidad de invadir otros tejidos. Algunos estudios han encontrado una asociación inversa entre los niveles de vitamina D y el riesgo de cáncer de mama, colon, próstata y páncreas.
  • Mejora la salud cardiovascular. La vitamina D favorece la relajación y la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que mejora el flujo sanguíneo y reduce la presión arterial. La vitamina D también previene la acumulación de placas de colesterol en las arterias, lo que reduce el riesgo de aterosclerosis, infarto e ictus.

Como puedes ver, la vitamina D es fundamental para nuestra salud y bienestar. Para asegurarte de tener unos niveles óptimos de esta hormona, te recomendamos seguir estas pautas:

  • Exponerte al sol durante unos 15 minutos al día, preferiblemente en las horas centrales del día y con una protección adecuada.
  • Consumir alimentos ricos en vitamina D, como pescado azul o graso (salmón, sardinas, caballa), huevos, lácteos fortificados y cereales fortificados.
  • Tomar suplementos de vitamina D si tu médico te lo indica, después de comprobar tus niveles en un análisis de sangre. No te automediques ni excedas las dosis recomendadas, ya que un exceso de vitamina D puede ser tóxico.

Esperamos que este artículo te haya sido útil e informativo.

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