La polimialgia reumática es una enfermedad inflamatoria que afecta a los músculos, especialmente a los de la zona de los hombros, las caderas y el cuello. Suele causar dolor y rigidez en estas áreas, que se agravan por la mañana o después de estar inactivo. La polimialgia reumática es más frecuente en personas mayores de 65 años y en mujeres.

Causas y factores de riesgo

Se desconoce la causa exacta de la polimialgia reumática, pero se cree que puede estar relacionada con factores genéticos y ambientales, como la exposición a algún virus. Además, la polimialgia reumática está asociada con otra enfermedad inflamatoria llamada arteritis de células gigantes, que afecta al revestimiento de las arterias y puede provocar complicaciones graves como pérdida de visión o accidente cerebrovascular.

Los factores de riesgo para desarrollar polimialgia reumática son:

  • Edad: el riesgo aumenta a partir de los 50 años y es mayor entre los 70 y los 80 años.
  • Sexo: las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de padecer esta enfermedad.
  • Origen étnico: las personas de ascendencia europea del norte tienen más riesgo que las de otras regiones.

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas más comunes de la polimialgia reumática son:

  • Dolor y rigidez en los hombros, el cuello, las caderas, los glúteos o los muslos, que suelen ser bilaterales y simétricos.
  • Dificultad para realizar actividades cotidianas como levantarse de la cama, vestirse, peinarse o salir del coche.
  • Rigidez matinal que dura más de una hora y mejora con el movimiento.
  • Síntomas generales como fiebre leve, cansancio, pérdida de apetito, pérdida de peso o depresión.

El diagnóstico de la polimialgia reumática se basa en la evaluación clínica del médico, que tendrá en cuenta los síntomas, el examen físico y los antecedentes del paciente. También se pueden realizar pruebas de laboratorio para medir los niveles de inflamación en la sangre, como la velocidad de sedimentación globular (VSG) o la proteína C reactiva (PCR), que suelen estar elevados en esta enfermedad. Otras pruebas como ecografía o resonancia magnética pueden ayudar a descartar otras causas de dolor muscular.

Tratamiento y prevención

El tratamiento de la polimialgia reumática consiste en el uso de medicamentos antiinflamatorios, como los corticoides, que alivian el dolor y la rigidez. El médico indicará la dosis y la duración adecuadas para cada caso, que pueden variar según la respuesta y la tolerancia del paciente. Los corticoides pueden tener efectos secundarios como aumento de peso, osteoporosis, diabetes o hipertensión, por lo que se recomienda un seguimiento médico regular y un control de los factores de riesgo cardiovascular.

Además del tratamiento farmacológico, se aconseja mantener una actividad física moderada y adaptada a las capacidades del paciente, para evitar el sedentarismo y mejorar la movilidad articular. También se recomienda seguir una dieta equilibrada y rica en calcio y vitamina D, para prevenir la pérdida ósea. Asimismo, se debe consultar al médico ante cualquier síntoma que sugiera una posible arteritis de células gigantes, como dolor de cabeza, problemas visuales o dolor al masticar.

No existe una forma específica de prevenir la polimialgia reumática, pero se puede reducir el riesgo manteniendo un estilo de vida saludable, evitando el tabaco y el alcohol, controlando el colesterol y la presión arterial, y realizando chequeos médicos periódicos.

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