Las elevadas temperaturas climáticas producen efectos más severos en algunas personas. Hay algunos individuos que son más vulnerables al calor, ya que su organismo, su actividad o sus condiciones de salud limitan su capacidad para hacer frente al clima.

Algunos grupos poblacionales son más vulnerables al calor, bien sea por las características de su organismo, o bien por sus condiciones específicas de salud. Estos sectores deben ser especialmente cuidadosos con su protección durante el verano.

Hay algunas medidas básicas de protección que todos debemos aplicar. Por ejemplo, emplear la ropa adecuada, hidratarnos constantemente y no exponernos al sol en las horas de mayor temperatura. Sin embargo, quienes son más vulnerables al calor, deben extremar estas medidas.

Se ha señalado que los segmentos más vulnerables a las altas temperaturas son:

  • Los niños menores de 5 años.
  • Las personas mayores de 65.
  • Las personas que padecen algunas enfermedades crónicas.
  • Quienes realizan actividades físicas al aire libre.

Veamos en detalle cada uno de estos grupos.

Los niños son más vulnerables al calor

Los niños, especialmente si son muy pequeños, son una de las poblaciones más vulnerables al calor. Esto se debe a que los organismos más jóvenes pierden los fluidos con mayor rapidez. Por lo tanto, alcanzan el punto de deshidratación con mayor velocidad.

Así mismo, los pequeños tienen una relación menor entre superficie y volumen. Por eso, su cuerpo también genera calor más rápidamente. Por lo tanto, hay que mantenerlos bien vigilados cuando las temperaturas suben, protegiéndolos del sol y limitando su actividad física.

A esto se suma el hecho de que los pequeños no perciben claramente los primeros signos de deshidratación, ni los efectos del calor sobre su cuerpo. Probablemente, solo se muestran más irritables y enojados que de costumbre.

Las personas mayores

Otro de los grupos más vulnerables al calor son las personas mayores. Esto se debe a que el centro termorregulador del organismo está en el hipotálamo, una región del cerebro que regula la temperatura interior del cuerpo. En las personas mayores, esta función trabaja más lentamente.

Las personas mayores también tienen menor percepción de la sed. Esto hace que corran mayor riesgo de deshidratarse, sin darse cuenta. Por eso, hay que recordarles constantemente que beban algo, para evitar este peligro.

Adicionalmente, las personas mayores tienen una sudoración menor a la de las personas jóvenes. Por eso mismo, tienden a retener más el calor corporal. Si el ambiente es húmedo, la sudoración se inhibe aún más y hay mayor riesgo de sufrir un golpe de calor.

Quienes padecen de hipertensión

El calor excesivo hace que se dilaten las arterias y favorece la deshidratación. Ambos factores inciden de manera negativa en el caso de las personas que sufren de hipertensión. Por lo tanto, resulta aconsejable consultar al médico para que ajuste las medicaciones en las épocas de calor.

Lo más habitual es que el calor baje la tensión. El efecto de las medicinas habituales lleva a que, a veces, esa baja alcance un nivel inadecuado. Por eso mismo, es conveniente realizarse un chequeo para evitar sorpresas desagradables.

Los enfermos cardiacos y los obesos

Las elevadas temperaturas también afectan a la salud cardiovascular. Como es obvio, este efecto es más grave en quienes tienen problemas previos. Las deficiencias cardiacas limitan la capacidad del organismo para eliminar el calor del cuerpo. Por lo tanto, se corre el riesgo de una sobrecarga.

También es habitual que los enfermos cardiacos empleen medicinas diuréticas. Esto lleva a que eliminen constantemente el agua de su cuerpo, lo cual reduce su capacidad de sudoración. Por lo tanto, están expuestos a la deshidratación con relativa facilidad.

Las personas obesas también tienen grandes problemas para disipar el calor de sus cuerpos. Por lo general, ante las altas temperaturas reaccionan generando una sudoración excesiva. Por lo mismo, pierden líquidos y sales minerales con gran facilidad y es frecuente que se deshidraten.

Así mismo, como las personas con sobrepeso tienen un mayor volumen de grasa corporal, su regulación de la temperatura se muestra alterada. Por lo mismo, son más propensos a terminar siendo víctimas de un golpe de calor.

Los deportistas y las personas que trabajan al aire libre

Quienes realizan actividades físicas fuertes al aire libre también son más vulnerables al calor, como es obvio. La exposición directa al sol hace que sufran el impacto de las altas temperaturas con mayor rigor. Tanto la misma exposición, como la actividad, los hacen más propensos a la deshidratación.

Conviene, entonces, que se protejan adecuadamente y que, en lo posible, limiten sus actividades a las horas en las que el sol sea menos potente. También es necesario que se hidraten constantemente, tomando el doble del líquido que beberían habitualmente.

Fuente

¿Qué tipo de personas son más vulnerables al calor? – Mejor con Salud

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